Cuando la vida se detiene


Esa noche nos sentamos en el balcón.
El vino refrescaba nuestros labios.
Sentíamos una gran alegría.
Estábamos sólo tú y yo.

Ahora vacila la vida.
El sonido de la ambulancia suena fuerte afuera de las puertas del hotel.

Las batas blancas como en una niebla.

Inexplicablemente el corazón ha fallado.


Las ideas fluyen rápidamente en terreno incierto.
En el país de las vacaciones nuestras palabras
han encadenado una súbita ansiedad, parálisis.

Ahora existe sólo la esperanza para nuestros labios delicados.

---

Algunos días han pasado.
Las paredes del hospital se han vuelto mías
El alivio de haber sobrevivido a la oscuridad es grande.

Nuestra alegría ha pasado a una dimensión más profunda,
una única luz se ha encendido,
como un gran agradecimiento por la vida.

Juntos en el hospital construimos nuevas confidencias:
como felices recién casados.