Durante la noche de duelo
vive un dolor que adelante se empuja
por un inexplicable viento poderoso.
Sobre la superficie del dolor
corre un río interno,
donde los pájaros pálidos de la
playa
se mueven sin peso.
Como si tu alma tuviese alas
y se elevase paso a paso contra la luz.
El dolor vuelve¡
No como antes;
sin embargo, algo nuevo
que puedes sentir, imaginar, saber ...
Sólo tú
puedes ver el interior de los ojos cerrados.
El amanecer trae olas frescas
hacia un nuevo día.
El viento comienza a jugar en la arena,
y tú te acuestas hacia la luz.
La temperatura aumenta
y tus dedos pueden volver a encontrar
una mano que se calienta en el amanecer.
(De spanska dikterna översatta
av
Hebert Abimorad).